06 junio 2005

Cuento: Perdido entre palmeras.

La Habana Cuba, Marzo de 1997.
Aún tenía algo de sueño, había llegado hoy mismo a La Habana a las 6:30 hrs. y no había podido dormir nada en el avión, y menos en el hotel, donde el aire estaba acondicionado para alguien que viene del sol. Son cerca de las 18:00 hrs. y sé que me espera un viaje bastante largo, tengo que cruzar Cuba a lo largo para llegar a Bayamo por la mañana.

El día había sido hasta ahora bastante raro, bonita arquitectura, bonita gente, bonitos parajes, un clima despiadado con quien no soporta el calor, y sin embargo, hasta ahora todo resultaba bien. No obstante, el aire estaba enrarecido, más allá del olor a tabaco que se respira en el centro de La Habana, era una atmósfera del pasado.

Estoy dentro del terminal de microbuses de La Habana, bastante grande, bastante viejo, donde llegan unos microbuses que parecieran que salieron desde su destino hace 30 años atrás, y vienen recién llegando. No llevaba 12 horas en Cuba y ya tenía como amigo a un suizo que venía recorriendo Sudamérica, y había pasado por Chile. La conversación era casi formal, pero amable, muy "polite" como diría un gringo. Hablábamos de esto y aquello, su apreciación de los países sudamericanos que había visitado, de Pinochet (obvio), y de que no había escuchado el término “jaguar latinoamericano”, qué raro.

Parte el autobús, después de 1 hora de atraso, pero en fin, ya voy de viaje a la ciudad donde me recibirían. Un aro a la conversación, y me dispongo a observar a través de la ventanilla algunos aspectos de La Habana no vistos; disfruto de la vista del malecón, miro hacia el horizonte y trato de imaginar hacia que lado estará Chile, ha sabiendas de que detrás de ese horizonte está la flota norteamericana lista para invadir Cuba, según lo que cuenta la gente.

Han pasado ya un par de horas, anochece y el autobús, que ya es bastante incómodo en su estructura, se tiñe de gris en su interior; comienza a salir un olor muy fuerte, aromático en un comienzo, tóxico después de unos minutos, han comenzado a fumar habanos al interior del autobús, y yo sólo atino a buscar un cartel que diga “prohibido fumar”, el cual reina por su ausencia. Abro mi ventanilla, y no me queda más que resistir la mezcla de calor húmedo que entra por la ventanilla, un aire acondicionado que funciona mal, el sudor de horas de trabajo de mucha gente, y los habanos que ya noto son parte de los cubanos.

Comenzamos a hablar nuevamente de esto y aquellos con el suizo, y comentamos acerca de la suerte democrática de Sudamérica. No me di cuenta cuando llegamos al tema de las libertades en Cuba, y resulta que el suizo hablaba como si estuviera solo, a pesar de que gran parte de la gente que iba en el autobús nos miraba, él continuaba criticando al sistema cubano y a su gente, y yo mientras trataba de pensar alguna forma para que la gente no me asociara con lo que se escuchaba.

Así pasó un largo rato, hasta que de repente un sonido desconocido comenzó a escucharse, duró unos minutos hasta que el autobús se detuvo y el chofer se bajó, y luego de estar unos minutos con su cabeza en el motor subió nuevamente para comunicar que estábamos con una avería que retrasaría el viaje, ya que tenían que llamar a La Habana para que les enviaran el repuesto. Yo sacaba mis cálculos: que ubiquen a la persona encargada, ya que eran las 2:00 de la madrugada, saque el repuesto, y haga el mismo trayecto que habíamos hecho hasta ese entonces, tendrían que pasar varias horas. Mientras, la gente bajó del autobús, algunos conversaban, otros seguían fumando, otros no bajaron y siguieron durmiendo. Nadie alegó nada.

Al momento, el suizo entabló conversación con un italiano que venía en los asientos delanteros, y mientras yo, miraba el cielo estrellado, la sombra de unas palmeras, y la gente que me miraba recelosa, y yo no dejaba de preguntarme ¿Qué hacía solo en alguna parte de Cuba a las 2:00 de la madrugada? Así que saqué de mi mochila un habano, lo encendí, y me puse a conversar de esto y aquello con mi sombra, la única chilena que andaba por allí.
 
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