
Mucho hemos escuchado acerca de secretos de naturaleza en nuestra querida tierra, los cuales pueden servir para distintos propósitos; curar enfermedades, eliminar olores, mejorar la tonicidad del pelo, sacar manchas, entre muchas otras funciones. Lo común de estos secretos es que no está claro el porqué producen dicho efecto. Yo no creía en ellos mayormente hasta el año 1985.
Corría mediados de año de mi primer año de Universidad, y la verdad sea dicha, me fue pésimo el primer semestre. Tal estado de nerviosismo afectó mi sistema inmunológico (esto lo supe mucho tiempo después) e hizo que me aparecieran verrugas en la planta de un pié, se llamaban verrugas plantares y tienen la características que no brotan hacia fuera sino que es parecido a un cráter, en el cual se puede apreciar al fondo parte de tu carne, obviamente muy dolorosas. Comenzó con una verruga, dos, tres, al par de semanas tenía una veintena, y al cabo de un mes y medio tenía cerca de sesenta (contadas por mí y auditadas por mi hermano menor).
Ya me costaba caminar, de hecho cojeaba, así que fui al médico de la Universidad, el cual al verme me dice que no es tan grave el problema, me las puede cortar con bisturí y cauterizar, y se me volverá a regenerar el 50% de la planta del pié. Le pregunto por el restante 50%, y me dice muy tranquilo “se pierde”... a buscar otro médico. Con la ayuda de mi tía encontramos un dermatólogo que tiene la chapa de ser el experto regional en verrugas así que lo vamos a ver.
Nos recibe en su consulta, el tipo es joven lo que hace que no se vea como un experto, sin embargo nos cuenta que ha investigado mucho el tema. Procede a examinarme, hace los característicos “mmm”, mira entre medio de los dedos, “mmm”, toma nota, y me pregunta si acaso creo en los secretos de naturaleza, le digo que no, a lo que responde “Gonzalo, serás el más creyente de los secretos de naturaleza, harás todos los secretos que te digan, y para comenzar te diré uno: pásate miga de pan por las verrugas y dásela a un perro”, luego nos despide amablemente y me dice “Gonzalo, te espero en 40 días más sin ninguna verruga”. Salimos algo descolocados desde la consulta del “experto”, y como no teníamos alternativa decidimos recopilar los secretos necesarios para mi pié.
No llevaba 2 semanas en esta tarea y tenía ya varios secretos de naturaleza para eliminar las verrugas además del que me había dado el Dr.: pasarme una piedra de río y tirarla al cauce sin ver donde caiga; echarme crema de Tuja; cortarme un trozo de pelo y enterrarlo junto a una papa, luego regarlos hasta que se pudran; dejarme caracoles de tierra en los pies y no secarme la baba de ellos (lejos lo más freack); pasarme papaya por la verrugas (hagan cualquiera de los otros, esto duele mucho) entre otros pocos más que ya no recuerdo. Resultado de hacer casi todos estos secretos es que a las 2 semanas comienza la retirada de las verrugas, al mes tenía menos de la mitad, y cuando voy donde el Dr. Nuevamente me quedan sólo unas 6 de las 60 verrugas que llegué a tener. Allí el experto me cuenta que no hay un remedio efectivo para las verrugas ya que se piensa que aparecen por un debilitamiento del sistema inmunológico, por lo tanto la solución pasa por un reforzamiento de este mismo vía la autosugestión, y los secretos de naturaleza operan desde un punto de vista psicológico.
Han pasado más de 20 años y nunca más tuve una verruga. Mi hermano menor que tenía una verruga desde pequeño aprovechó la instancia para hacerse de unos secretos y eliminó así una verruga que lo acompañó una parte importante de su vida. Esto prueba que la mente es un actor importante en la salud de cada uno de nosotros, podemos inducirnos sanación y/o placer como también enfermedades. Por eso pensar positivo, ser optimista y alegre te vitaliza y te mejora la salud, un secreto de naturaleza por suerte ya no tan secreto.