26 agosto 2007

Crónica: Muerte a los 40 años.


Agosto, 2007
La muerte como tal tiene múltiples significados dependiendo de la cultura (India, China, Occidental, etc.), sin embargo, podemos aceptar que en rigor la muerte es un cambio. Así es, pasamos de un estado viviente a un estatus misterioso aún, para algunos a la vida eterna, para otros a una reencarnación, para algunos simplemente a la oscuridad. De hecho, en el Tarot la carta de la muerte también significa “cambio”, cambiar de trabajo, migrar de ciudad, o cambiar de actitud.

A los 40 años es significativo que vivimos una especie de muerte, ya que sepultamos esa etapa maravillosa del “adulto joven” donde se nos permite aventurarnos a realizar actividades que en la “adultez madura” no son concebidas. Por ejemplo, pensamos en el carrete con tanta anticipación como para llenar nuestra agenda debidamente, mientras que en la adultez pensamos como asegurar el bienestar de nuestros hijos, el presupuesto de gastos para la casa, y todo lo que conlleva tener familia.

Durante agosto de este año, Patricio Leiva – el Pato – amigo y compañero de Universidad murió de un fulminante ataque al corazón. Había cumplido 40 años en abril. El Pato estaba en etapa de cambio; estaba terminando su segunda carrera, Ingeniería Civil Industrial, estaba realizando clases en la Universidad Arturo Prat además de su trabajo en ITI, y se encontraba ya consolidando su vida en el norte de nuestro país. No cabe duda que el cambio en este caso no sólo fue para el Pato, si no que para quienes lo rodeaban; una esposa no tendrá a su compañero, tres hijas no tendrán a su padre, no habrá un hijo, un hermano, un tío, y para muchos no habrá ya un colega, un compañero de trabajo, un profesor, un compañero de Universidad, un amigo. El cambio que produce la muerte se manifiesta abiertamente en nuestro entorno.

La muerte ya evidenciada en nuestras vidas puede ser tomada de múltiples formas también; con pena, dolor, desconsuelo y sorpresa normalmente, para otros como la posibilidad de pasar a un estado superior, para algunos simplemente la manifestación de la vida, así es, la vida que nos muestra en forma descarnada que somos efímeros, que tenemos comienzo y fin, que estamos de paso, que somos frágiles. La muerte del Pato, en mi caso, me dejó un mensaje – tal como lo hacía el Pato en la Universidad, en los años duros de la dictadura – que debe movernos a la acción; el mensaje del Pato fue cuídense, háganse un chequeo médico, aseguren a sus familias, preocúpense de lo importante, no nos quedemos pegados en trivialidades.

Gracias Pato por estremecernos con tu accionar nuevamente - tal como lo hacías en la Universidad -, por mostrarnos la verdad de la muerte, que está ahí, detrás de la puerta esperándonos, que somos frágiles, que a los 40 años el cambio es sí o sí, que puede ser tan radical como desaparecer de este mundo, pero que podemos y debemos prepararnos. "Compañero Patricio Leiva, ¡Presente!, ¡Ahora y siempre!.
 
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