
El poder de la realeza, la fuerza de lo real.
La historia que voy a contar comienza en Calebu, un pequeño pueblo de 500 habitantes en la comuna de Contulmo, Provincia de Arauco de la Región del Bío Bío, en la década del 70, cuando nace allí la Condesa de Contulmo. El poblado se ubica entre dos grandes lagos: Lago Lanalhue y el Lago Lleu Lleu (considerado el lago más puro de Latinoamérica).
En dicha localidad y época, la electricidad no era ni anhelo para sus habitantes, ya que no había esperanza alguna de que se pudiera llegar hasta dicha comuna con este básico recurso, por esto sus habitantes aprovechaban todo halo de luz para realizar sus actividades, y al llegar la noche sólo las lámparas de petróleo iluminaban afanosamente el extenso campo. La actividad cada día para la Condesa de Contulmo comienza con el cantar de los gallos, luego ayudar en las labores de campo, ir a la escuela local, hacer sus tareas, alimentar a los animales, para cesar al atardecer. No hay televisión que ver, no hay cuento que leer, sólo las estrellas son su compañía cada noche y el dormirse temprano es una actividad obligada.
La Condesa durante su infancia fue una chica más de campo; jugaba en las chacras, corría y se escondía por los cerros, nadaba en el lago, cuidaba a sus hermanos menores, y ayudaba a sus padres en las labores hogareñas. En dichos tiempos, la Condesa de Contulmo se debía bañar con agua de pozo, no había agua potable, por lo que toda el agua debía ser extraída desde ese hoyo profundo y ser debidamente cocida para no morir de tifus o diarrea. De hecho la Condesa no tuvo enfermedades en dichos tiempos ¿Habrá sido suerte? ¿O que sus padres fueron tan metódicos? ¿O tal vez que el destino la necesitaba sana para lo que venía?
Sus padres la ingresaron 1 año en el internado de Contulmo, en el pueblo más cercano (¿existe acaso alguna princesa de la realeza que no haya estado internada?), ya que en Calebu sólo había hasta 7mo básico. Allí cursó sus primeros encuentros con plebeyos. Luego se fue a Santiago, donde vivían dos hermanas mayores, a estudiar la enseñanza media; 1 año vivía con una hermana y al año siguiente con la otra. El 1ro medio lo hizo viviendo junto a una de sus hermanas la cual tenía 3 hijos y estaba casada con 1 carabinero. Allí por el 88’ vivió en un departamento fiscal donde iban a apedrearlos por ser "casa de los pacos". Allí nace su despertar político, donde comienza a conocer la verdad. El colegio donde estudiaba quedaba en La Legua, donde el ambiente de pobreza, dignidad y revolución comenzó a forjar en su corazón un compromiso social que iría creciendo con el tiempo. Venía de la real pobreza y se comenzaba a encontrar con la realidad de su pueblo.
Del colegio sólo se permitía estudiar, no salía con sus compañeros, su obligación era aprovechar la única oportunidad que tendría, y así lo hacía. Era de las primeras del curso, de los mejores rendimientos, de los mejores comportamientos, como los de la realeza de antaño ¿Alguien conoció acaso a una Condesa porra o fiestera?, en esa época no se hablaba aún de la Princesa Carolina ni menos de su hermana). Fue al final la mejor de todos. Sin embargo, quería estudiar algo corto que le permitiera tener independencia económica para vivir sola.
La monja superiora del colegio la ayudó para que le consiguieran media beca en un instituto, el resto lo aportaba una de las hermanas de la Condesa. Al tiempo, y por motivaciones desconocidas, la Condesa fue expulsada de la casa de su hermana, lo que derivó en que debió buscarse un alojamiento, y por otro lado, que debió trabajar para costear la mitad de la beca. Su vida hasta ahora no se distanciaba mucho de lo que pasaba con la realeza en Europa, la cual también caía a veces en desgracia, era expulsada de sus palacios por alguien de su familia, y debían realizar trabajos destinados a la plebe. La acogió en su casa una amiga quien hacía las veces de chaperona; esta amiga era su confidente, su conexión al mundo real, y la madre de ésta comenzó a sentir de a poco cariño y respeto por la Condesa.
La Condesa tuvo que buscar otro trabajo para ayudarse, y la suerte le jugó una doble pasada de buena y mala suerte; encontró trabajo en la consulta de un ginecólogo, quien era vecino de su amiga chaperona. Ella ordenaba las fichas del ginecólogo y tomaba las horas de los pacientes. Una vez el doctor le ofreció examinarla, y fue allí cuando se inicia la mayor desgracia y lucha que da la Condesa; el médico una vez que la examina y hace varios exámenes le informa que nunca podría ser madre. A los 18 años otra cicatriz caía sobre el cuerpo de la Condesa, no podría dejar descendencia de su linaje en la tierra.
Así es, la Condesa era apenas una adolescente de 18 años y ya había dejado sus tierras, había sido desterrada por parte de su familia, acogida en casa extraña, trabajado para pagarse sus estudios, y un médico dictaba sobre ella el diagnóstico que cambiaría su vida para siempre.
Continuará…