
Santiago, Domingo 10 de diciembre de 2006, 14:15 hrs. flash en la TV; “Murió Pinochet”. Guaauu, esta sí que es noticia de fin de año, después de todo no todos los días fallece un criminal connotado a nivel mundial, por lo que los medios de comunicación internacionales se suman a la información (Cadenas de USA, Europeas, Latinoamericanas publican la noticia en sus páginas web al instante), y me apronto a acomodarme en mi cama y a buscar el maldito control remoto.
Pues bien, a mi me pilla sumido en la cama con una amigdalitis de padre y señor mío, hace 7 años que no guardaba cama por algo similar (al menos estoy más sano que el caballero que acaba de morir, el cual tenía tantas enfermedades como medallas ganadas jugando al cachipún), y la fiebre me hace rechazar todo el despliegue de información de los canales nacionales, sí alcanzo a ver como los seguidores de Pinochet lanzan botellas y agua a los periodistas, luego uno trata de colocar la bandera a media asta sin alcanzar su objetivo, otro montón de mujeres maduras con sus nietos llorando a mares, como si se hubiera muerto el abuelito de cada una de ellas ¿Uff, lo habré delirado en mi fiebre o habrá sido realidad? Tomo agua y cambio de canal.
Despierto al rato, coloco nuevamente canales nacionales y dale con la noticia, mostrando a las viudas y viudos de Pinochet llorando a mares y gritando consignas del tipo “duelo nacional, duelo nacional”, otros tipos bien vestidos y de hablar fuerte diciendo que "Pinochet fue el Arquitecto de la modernidad chilena“ (los arquitectos las cagadas las tapan con plantas no con tierra como este otro), otro “El 2do padre de la patria” (seguro que O’Higgins no fue otro desgraciado que asesinó y exilió gente), otro más “El hombre que le cambió la historia a Chile” (y vaya que se la cambió, nos hicimos tristemente famosos en todo el mundo por él), y el más aventurado “El gran estadista del siglo XX” (Uff, me encantaría tener esa visión light de la vida). Glupp, creo que la fiebre ha pasado la barrera de los 40, me cambio el pijama y sigo durmiendo.
Ya casi de noche, como si hubiese llegado a mi una iluminación celestial para el reencuentro de los chilenos, pienso que sería una idea magnifica construir una animita para Pinochet. Sí, aunque mis amigos piensen que estoy drogado, sí, una animita. De ese modo tendremos control de las concentraciones Pinochetistas, y por otra parte, tendremos claridad de qué concertacionistas le prenden velas al difunto. Después de todo, Pinochet entre todos sus títulos nobiliarios (ver mi crónica anterior sobre este mismo tío) pasará a la historia como el mayor escapista de la justicia (gloria a sus abogados y asesores) por lo que no me impresionaría que después de unos meses las animitas de Pinochet sean centro de devoción de todos los sinvergüenzas de este país que quieren pasar impunes, al menos imagino desfilando con velas en las manos a los de MOP-GATE, los Chiledeportes, los desmalezadores, los de los planes de empleo, algún Girardi, los que no pagan sus impuestos, los empresarios que te quieren cagar con las indemnizaciones, y hasta los de Inverlink para rogar por llegar a viejos, con doctor de cabecera sin una infeliz condena de la justicia en sus hombros. San Pinochet santo de los sinvergüenzas impunes, escúchanos señor te rogamos.